1. Desde la cosecha hasta la planta procesadora: han implementado una estricta cadena de frío, utilizando hidrocoolers y frigoríficos para reducir la temperatura de campo, hidratar el pedicelo y maximizar la vida útil de la fruta. 
  1. Del procesamiento a la exportación: las cerezas se envasan en bolsas de atmósfera modificada, ajustando los niveles de oxígeno y dióxido de carbono. El oxígeno se reduce entre un 10-12%, mientras que el CO2 se incrementa entre un 6-8%. Este proceso ralentiza la tasa respiratoria de la fruta, asegurando que llegue fresca y firme a su destino.